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Hacemos lo mejor que podemos

Veo tus fotos en los recuerdos del celular y pienso como un cliché en que si que parece que fue ayer. Tengo en mi brazos a tu hermana después de que te regañé y pienso que hace un tiempo no podía imaginarme en esta disputa contigo, Estoy criándote con un completo sin saber. No tengo idea de lo que estoy haciendo y lo admito con vergüenza. Trato todo, lo que veo y pienso que es bueno para ti, lo que leo y creo que hace bien, lo que dicen está evidenciado, lo que aprendí en la universidad, lo que me aconsejan otras madres, lo que me dice mi madre mi abuela mis tías, lo que dice el pediatra, la psicología, los métodos y modelos de crianza contemporáneos, lo intento todo. Porque quiero que todo lo que haga sea bueno para ti, y a veces también quiero que sea bueno para las demás y que sea bueno para mi. Es muy difícil intentarlo todo y a veces simplemente dejo de intentar tanto y me permito ser tu mamá. Así simple, equívoca, torpe, amorosamente tierna, enojona, cansada, buena, mala, alegre y juguetona, aburrida y quejona, incompleta, imperfecta, errática, mágica, atenta, ideal y terca. Convivo con toda esa amalgama que es ser tu mamá y busco desesperadamente no decepcionarte. Entonces me doy cuenta de que hago lo mejor que puedo, y que vuelvo intentarlo todo incluso cuando creo que no lo estoy haciendo. Escribo y lloro por que estoy triste por no saber si estoy siendo la mamá que necesitas. Escribo para convencerme de que no podré encontrar el modo de criarte como quiero, y que te criaré como puedo. Llevaré a la práctica la sensación de que tú me elegiste como tu madre y yo te elegí a ti como mi hijo y me seguiré enfrentando a la realidad de que no pediste venir y que he sido yo junto a tu padre quien ha decidido que tú llegaras a este mundo y que eso nos hace responsables de cuidar de ti y aceptar el modo en el que hacemos lo mejor que podemos. Aceptar como cada día que eres algo de lo que no puedo tomarme un descanso y ya, o unas vacaciones, que no eres un curso del que me puedo dar de baja, que no eres un plan que pueda cancelar o posponer, que criarte requiere estar a tiempo completo y más. Reconozco que desde que tu hermana llego todo se me hace más complejo, a pesar de lo mucho que lo estoy disfrutando, que no tengo la misma energía que estoy casi siempre cansada y con sueño, que tengo mucho que hacer y muy pocas ganas de jugar contigo y que cada vez que me invitas a hacerlo lo hago por la obligación y termino por sentirme culpable por eso. Admito que suelo aburrirme casi siempre pero otras veces no, y esas también cuentan, en ellas juego como si fuera una niña a tu lado, disfruto cada una de tus ocurrencias y consigo conectarme con tus historias y jugar de verdad. Sé que tú lo sientes, que percibes cuando estoy o no presente, que reclamas la atención cuando piensas que no te la damos como tú la quieres. Tú no entiendes eso de "hago lo mejor que puedo" . Y pienso tanto en mi madre, recuerdo los corre y corre, todas las jornadas que ella tenía y todas las veces que yo le hice algún reclamo, ahora sí que todas esas frases que parecen salidas de una caja de cereal se me hacen tan verdaderas: "Cuando tengas hijos entenderás" "algún día me lo vas a poder agradecer", o "hago esto por que te amo". Entiendo un poco mejor la verdad tras todo eso que parece empaquetado. Puedo sentir arder el dolor de mi pecho que ya no te amamanta a ti, y reconozco la culpa que me atraviesa por no contenerte como quisiera, me sé consciente de que esto no se trata de mi, pero no deja de atravesarme. Sé que tiene mas que ver con este sistema en el que vivimos y la imposibilidad que me ofrece para poder maternarte como quiero y sostener tu vida desde una presencia plena. Espero poder dejarte al menos la certeza de que eres muy amado y que el día en que ya no estés aquí conmigo bajo mi techo, te alcanzará mi cuidado más que mi descuido. El día en que ya no pueda volver a cargarte y llevarte al hombro a la cama, espero que sepas que lo haría si pudiera. Que te amo con todo mi ser. Aunque a veces me equivoque en el amor y no sepa que hacer en los momentos más difíciles, Espero que sepas dentro de ti, que se impregne en tu corazón y en tu mente, que aunque me voy a equivocar millones de veces como mamá, mi humanidad se ha hecho más real amándote. Siento y sé que se acerca, avallasador como el duelo, el día en que te me vas a escapar de las manos, pero ahora solo tienes 6 años, todavía te puedo llevar en mi espalda, consolarte con un sana sana, y reparar, todos los días reparar y hacer lo mejor que puedo. Aún así tengo miedo de mirar atrás y sentir que lo hice mal, pero me repetiré tantas veces, hasta tres, que lo hago lo mejor que puedo. Es así pues de otro modo no estaría pensando en cómo puedo hacerlo mejor de lo que puedo.

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