No pidan que callemos
Soy una guerrera, así comienzo, con fuerza y reafirmación, porque no me dejaré caer. A tres años del nacimiento de mi hijo, me ha tocado trabajar con población gestante y posparto. En mi curso de adiestramientos no he podido evitar sentir: dolor, tristeza, traición, victimización ante la violencia de género durante el embarazo y la violencia obstétrica. En ambas, mayormente violencia psicológica y control, la que mata tu ser lentamente. Mi hijo está bien y yo lo estoy, por es