Querida Luchona
Querida Luchona, Te sentí en cada una de tus palabras. Te vi en esa silla en la oficina del médico con el IV inyectado en tu brazo. Te vi tratando de mantenerlo todo junto a lo exterior mientras que por dentro estabas en cantos. Te vi con el teléfono en la mano recibiendo ese (y muchos) mensaje(s). Te vi tratando de contextualizarlo todo, mientras el tiro se hondaba más profundo en el corazón. Te vi en esa casa, tuya, libre, pero a la misma vez tan confundida con la palabra y