Mujeres: gracias a ustedes.
Para las mujeres es mucho más difícil publicar, escribir, hacerse espacios como escritoras y narradoras de si mismas. Nos han quitado, nos han robado los espacios, nos han relegado históricamente a lo privado, al hogar y a los cuidados. Nosotras también podemos contar historias y más si son las nuestras. Estamos vivas y por las que nos han quitado, las que el machismo nos ha arrancado, es que también escribimos y resistimos y tendemos redes y puentes con palabras; que nos permiten vernos en las historias de las demás y sabernos como todas una historia entera mujeres, intersecciones, maternidades diversas, conciencias y percepciones distintas y siempre aliadas en esas verdades y protagonistas de nuestra historia aunque merezcamos otra.
Por eso todo comenzó un 5 de mayo de 2017. Este espacio surge primero en un diario en el que escribí durante el periodo de embarazo. Decidí que quería compartir mis experiencias con las demás y entonces intencioné Matertransmutar. Describí este espacio como uno de "apoderamiento a través de la narrativa de las experiencias" y afirme "Creo en el poder que tiene contar(nos) nuestras historias. Gestar, parir y criar despertó en mi esa oportunidad.Se pueden contar historias, después de todo, estamos vivas."
Cuando decía que creía en el poder de contarnos, no había experimentado aún la energía del reencuentro y de las cartas de amor que nos hemos hecho unas a las otras por medio de nuestras experiencias. Sabía que gestaba, que paría, que criaba y tenía en cuenta la oportunidad que me presentaba eso, pero no ha sido hasta ahora que he podido afirmar que se gestaba en mí y en las demás mucho más que un ser humano. Por medio de nuestras historias, como mujeres, feministas y algunas que maternan (porque todas gestan proyectos y vida) hemos reafirmado nuestra existencia, nos hemos contado, nos hemos acompañado y estamos vivas porque somos por, en y con las demás.
Yo fui narrándome y desnudándome aquí con cada una de las lecciones que recibí en el gestar, en el viaje al interior que fue el embarazo, parir y que sigue siendo criar. Les conté sobre la culpa, sobre soltar y pedir ayuda, sobre la tribu y la soledad, sobre la necesidad de conectar(nos) y la espera dulce amarga y el que no hay nada como estar en casa. Fue un caminar intenso y montañoso que me fue llevando a hallarme y mudar la piel, a revisitar el trauma, y sanarme en una insistencia, en un no lineal camino pedregoso y constante que me regalo panoramas bellos y abismos.
Pude ir reconociendo el modo en que quería ejercer mi maternidad y me encontré con la incertidumbre y la constante contradicción en el conflicto con la maternidad, el feminismo, la colonia, la crisis y el sistema. Pude adentrarme al aprendizaje del parto y reconocer la violencia en las historias que nos contó mi mamá cuando escribió aquí y fue ella mi primera aliciente un 30 de octubre del 2018, primera acompañante escritora-narradora y protagonista de su sanación. La honro y le dedico este espacio también a ella; porque sin saberlo me hizo feminista, me llevó a la conciencia de poder ser libre.
Entonces me propuse hacerles más activamente la invitación a escribirnos y me llegaron como dádiva un 14 febrero de 2019 con una "historia de amor..." María Alejandra Vicens mujer valiente que sabe amar y nos enseña por medio de su historia. El escribir ha sido reescribir y me vi tejiendo, haciéndome cargo de la herida, salvándome de la locura contándoles y sintiéndome amada y acompañada por cada una de las que escribe, de las que leen, de las que están. Aprendí con ustedes a dejar de esperar el golpe a reconocerme cíclica y animal y abrazar esa naturaleza femenina de poder. Así pude enfrentar el monstruo al que le temí de niña sin saber e ir a la raíz de la ansiedad para poder darme y darnos otra oportunidad.
Y pensé de nuevo en la muerte, que me llegó con el contraste de 'La luchona' que también merecía una mejor historia y nos salvamos en el responder(nos) con una carta de amor "Querida Luchona" por Frania Santos escritora y lectora de Matertransmutar. Entonces nos llegó como marea de luna llena la "Mamá histérica" con su aprendizaje de soltar para sanar y la cuerpa mía hablo con 27 soles 180 lunas y se proclamaron entonces todos los poderes con Isabel Cortí Soto que nos regalo de su utopía una quimera de ancestras.
Y entonces llegaron y se quedaron "La luchona" y la " Mamá histérica" para contarnos más de su faena en el viaje de la animal materna que somos. De las mujeres que nos hacemos eligiéndonos, y de las feministas que aprendemos a construirnos para sabernos esperar y debernos en el acompañarnos. Reconociendo el dolor como otro color y hablándonos con honestidad en el hola ¿cómo estás? y afirmándonos en reconocernos mujeres y el poder de contar(nos). Hablarnos del placer y permitírnoslo, por lo que nos es efímero de respirar.
Nos hemos destapado el tabú y así también nos hemos reconciliado en un constante ensayo con el cuerpecito cuerpezote te honro y te agradezco. Hemos hablado sobre lo que no nos preocupa como no me preocupa tener un hijo, gay, trans o no binarie, y hemos cuestionado el rol de madre y de mujeres desde lo que nos es impuesto en lo que sí nos aturde como lo es; la violencia que callamos. También nos hemos permitido sanar a las que dicen nunca fui niña, conociendo el amor entre mujeres para ir aprendiendo a poner los límites de una misma y sabiéndonos acompañadas por "La Guerrillera" para que no pidan que callemos más.
Hoy son 3 años de Matertransmutar y todo ha sido posible por y con ellas, también con ustedes que nos leen y nos saben acompañar. Es poco decirles gracias y que las honro, que las amo profunda y sinceramente. Que me conmueve saberme viva, que me supe apagada, herida, con pocos deseos de ser y que ustedes me han salvado tantas veces que no saben. Siempre que así queramos seguiremos escribiendo, narrándonos y contándonos porque elegimos la libertad que nos otorga a veces un teclado, una libreta, una palabra. Nos elegimos a nosotras para seguir contándonos nuestras historias y visibilizando que sanar no es lineal y que escribir es solo nuestro modo, uno de tantos para encontrar la forma de soltar, de alivianar y sabernos compartidas en nuestras experiencias permitiéndonos la perspectiva que nos dan nuestras historias. Seguimos como mantra, Matertransmutando.