¿Ser Madre o Ser Mujer?
Madres o mujeres, mujeres o madres ¿qué es lo que se nos antepone? ¿por qué y para quienes? ¿somos a caso seres segmentadas o un todo en nosotras mismas? Me sé eligiendo a cada momento y reconociendo que no siempre es desde el deseo, porque "la maternidad será deseada o no será" no acaba al momento de concebir y parir. La maternidad es un elegir constante, una decisión de estar y cuidar, de hacernos cargo. Ser mujer para mí funciona similar, no nos basta con nacer con el sexo asignado a lo femenino, ser mujer se hace como nos dice Simone " no se nace mujer, se llega a serlo".
Algunas personas en más de una ocasión me han recomendado con tono de preocupación y aviso; " no te olvides de ser mujer por ser madre" casi siempre viene de los hombres. Y el dilema no acaba ahí, incluso en la frase está implícito el "ser mujer" y "ser madre" como asuntos antagónicos, inconconstantes entre sí, pero además el "no te olvides" es también un reconocimiento implícito de que ser mujer se hace, que es una conciencia de ser, de definirse, es una identidad y un modo en que se llega a serlo; que nunca es suficiente, que no es lo que quieres que sea, que es lo que dicen las expectativas sociales, los roles impuestos, la femineidad sujeta. Y yo, que a cada rato me olvido y me cuestiono el hacer y el ser, me veo enfrentada tan pronto como escucho esa aparente mal llamada preocupación. Lo que viene detrás de ese aviso es un; " no te olvides de ser la mujer que los hombres quieren que seas" " prioriza la belleza y tus cuidados físicos para que sigas siendo atractiva" "no te olvides del placer para dar placer a otras personas". A veces asiento, dependiendo de la persona con la que hable, o de el ánimo de debate que tengo ese día; pero siempre me arrepiento si no lo contradigo.
La socialización impone a las mujeres el rol de ser madres y si no llegas a serlo, siempre habrán otros issues con los que te encuentres; de esos no se casi nada, porque lo he sido y elegido. Me recuerdo a los 18, diciendo que yo no quería tener hijos y las respuestas automáticas de algunas en mi familia, sobre todo mujeres y madres, que decían " no sabes lo que dices" "ese es el amor más grande" entre otros romances que nos cuentan sobre la maternidad. A veces alguna me hablaba de lo difícil, de lo que se sufre y sobre todo lo equiparaban a verbos como " sacrificio" "entrega" " darlo todo". Yo entonces no tenía el deseo, no me veía ahí, era una mujer joven pero me sentía convencida de aquella decisión. Con los años fui experienciandome distinta, enfrenté una enfermedad que parecía robarme al posibilidad de elegir el ser madre y entonces a mí me parecía un castigo, como algo que me busqué por haber deseado mal, por no haber deseado ser mamá. Estaba equivocada, llena de culpa, por no querer ser, habiendo podido y ahora no poder si quiera desear. La historia cambio, yo cambie, mi cuerpa sanó y tuve el deseo de ser y maternar a mis jóvenes 25 años. Fui madre a mis 26 y me supe eligiendo a cada momento el salto.
Algunas personas me han repetido la frase al revés " no te olvides de ser madre por ser mujer" casi siempre viene de mujeres, la expectativa virginal, abnegada, entregada de ser madres primero como una prioridad inamovible, un sacrilegio. Y entonces cuando viene esa preocupación, sé que lo que hay detrás es; " no pongas a la mujer que tengo la expectativa que seas (porque se sigue esperando algo de una) por delante de la madre que debes ser", " no priorices tus cuidados por encima de los cuidados de otras personas", " no te permitas el placer por encima del placer de otras personas" y así un sin número más de "reglas" que no son naturales y que solo nos dividen el ser y el hacer como un ziczac constante de abismos entre lo que soy en la esencia y lo que se debe ser. Ambas frases " no te olvides de ser madre por ser mujer" o " no te olvides de ser mujer por ser madre" responden al interés de otras personas, a las expectativas y los roles que se espera asumamos a la perfección, sin equivocarnos, sin agotarnos.
Elegir la maternidad no acaba nunca, es una constante, una práctica, un 'quehacer' y un ser que nos requiere libres, amándonos en la práctica de ser mujeres, o ser personas, porque maternar debe ser de todes. Creo que no quiero olvidarme de mí, de la persona que soy por encima de las categorías y expectativas de lo que debo ser. Quiero permitirme el placer, el espacio, el cuidado, la pausa y la prisa, como algo que elijo consciente, a cada momento, en cada circunstancia. Porque no me sé hallar como un segmento, dividida entre las que he sido y soy cada vez que despierto. Para las demás personas, nunca será suficiente, bien si eliges priorizarte mujer serás mal llamada " irresponsable" " puta" " mala madre" bien si eliges priorizar el ser madre serás mal llamada " abnegada" "sumisa" " abandonada" " mala mujer". El no será, no es tan sencillo, porque el deseo es como la marea, y las condiciones de cada una son diversas. Hay días que sí que quiero elegirme mamá por encima del mundo y hay otros en que no me sé y otros en los que me elijo mujer y vivo en la contradicción de saber que el ser está en el hacer y que no soy una cosa segmentada para complacerte.